CUANDO LOS MICROORGANISMOS INVADEN TU PRIVACIDAD

Las enfermedades gastrointestinales son un problema mundial asociado con la contaminación de los alimentos durante su preparación.

Durante la manipulación de alimentos contaminados se pueden distribuir microorganismos patógenos como Staphylococcus, Salmonella, virus de Hepatitis A y Norovirus hacia las manos y superficies de contacto, así como en los utensilios empleados para su preparación.

 

Durante el transcurso de nuestras vidas convivimos diariamente no sólo con miles sino con millones de diversos grupos microbianos que pululan en la cocina, en el baño del hogar, en los pupitres de la escuela, así como en el escritorio y teclado de la computadora de la oficina.

 

Ser obsesionado por espacios limpios y desinfectados debe considerarse como el mejor intento de mantener alejados a los microorganismos patógenos de nuestro entorno. El presente artículo muestra la importancia de limpiar y desinfectar los espacios donde permanecemos diariamente: el hogar, la escuela y la oficina.

 

EL HOGAR

 

Al finalizar el día y durante el fin de semana deseamos disfrutar momentos agradables en el hogar; sin embargo, aun los hogares más inmaculados esconden microorganismos patógenos. Investigadores mencionan que entre el cincuenta y ochenta por ciento de las enfermedades diarreicas y más del cincuenta por ciento de las enfermedades respiratorias que anualmente sufrimos son adquiridas en el hogar (Janse y Gerba, 2005).

 

Los utensilios que más albergan bacterias patógenas son las esponjas, trapos y tablas para cortar. Le siguen en jerarquía la tarja, llaves y perillas de las puertas; sin dejar de mencionar el auricular del teléfono y el control de la televisión.

 

Las esponjas, en promedio, contienen más de siete millones de bacterias (Janse y Gerba, 2005). En un estudio realizado en la ciudad de Culiacán, se identificó la presencia de E. coli y Staphylococcus aureus en esponjas utilizadas durante una semana (Chaidez y Gerba, 2000).

 

LA OFICINA

 

Cuando llegamos al trabajo lo que menos esperamos encontrar son virus y bacterias en el escritorio o en el teclado de la computadora. Sin embargo, la realidad es que se ha comprobado que virus causantes de gripe sobreviven en objetos inanimados por más de 24 horas.

 

Estos virus son transmitidos por personas infectadas un día antes de que aparezcan los síntomas y entre tres y siete días después de que la infección terminó. Comer en la oficina no es parte del contrato de trabajo, pero lo cierto es que pasamos más de la mitad del día en ese lugar, revisando documentos, enviando correos electrónicos, atendiendo llamadas y, por supuesto, degustando un rico sándwich o un vaso con frutas.

 

El Dr. Charles Gerba, de la Universidad de Arizona, reporta que, en promedio, la superficie del escritorio contiene cuatrocientas veces más bacterias que la tapadera del baño.

 

El estudio que desarrolló el grupo de trabajo del Dr. Gerba describe también los lugares más contaminados en las oficinas y el número de bacterias por pulgada cuadrada:

 

  • Auricular (25,127 bacterias)
  • Escritorio (20,961 bacterias)
  • Teclado de computadora (3,295 bacterias)
  • Ratón de la computadora (1,676 bacterias)
  • Fax (301 bacterias)
  • Tapadera del baño (49 bacterias)

 

LAS ESCUELAS

 

Las escuelas generan hacinamiento de infantes, el cual favorece que los niños se vean expuestos a agentes infecciosos causantes de enfermedades diarreicas y respiratorias.

 

La contaminación de las manos de los trabajadores, maestros y niños, y de objetos como juguetes y superficies de contacto en las escuelas, ha sido asociada a la incidencia de casos de diarrea.

 

Una mayor frecuencia de diarrea ha sido también confirmada en guarderías donde los trabajadores hacen cambio de pañales, a la vez que realizan actividades en el aula o durante la manipulación de alimentos (Nesti y Goldbaum, 2007).

 

Se ha demostrado que los niños se llevan la mano un juguete o un lápiz a la boca cada tres minutos, lo cual se convierte en un factor importante para que se lleve a cabo la dispersión de secreciones respiratorias (Nepuri, 2005).

 

Uno de los principales factores que contribuyen a la aparición de enfermedades causadas por alimentos, especialmente en las cocinas de las escuelas, es el manejo inapropiado de los alimentos.

 

Una vez presentes en la cocina, los diversos microorganismos son transferidos hacia diferentes puntos de la cocina, principalmente mediante fómites, los cuales presentan una alta concentración del patógeno, y cuya manipulación favorece la diseminación, lo cual eleva el riesgo de padecer enfermedades.

 

Otros factores que influyen en la diseminación microbiana son las fuentes ambientales, como el número de niños por metro cuadrado, la cercanía entre uno y otro, la cantidad de depósitos de basura en los salones y en el baño, la presencia o ausencia de jabón antibacterial en baños. Además, se deben considerar los factores propios del agente microbiano, dentro de los cuales siempre se debe evaluar la vía de diseminación del patógeno, la dosis infectiva y cuánto sobrevive este agente en el ambiente.

 

Uno de los pasos más importantes en la reducción de la propagación de enfermedades infecciosas entre los niños y el personal que labora en el cuidado de ellos es la limpieza y desinfección de superficies que pudieran suponer un riesgo para ambos.

 

LIMPIEZA Y DESINFECCIÓN

 

Existe una amplia variedad de productos que pueden ser empleados para desinfectar los ambientes domésticos, escolares y laborales. Productos químicos a base de cloro, plata coloidal o, inclusive, a base de extractos cítricos. Todos son eficaces en eliminar a los microorganismos siempre y cuando se empleen adecuadamente. Sin embargo, en la mayoría de los casos, no se utilizan de manera adecuada. Un buen ejemplo es el cloro, que es utilizado “a chorro”, lo cual es inadecuado debido a que aplicado en altas concentraciones origina irritación de las membranas mucosas de los ojos, nariz, garganta y pulmones. 




 

A continuación se enlistan algunas recomendaciones para limpiar y desinfectar los ambientes domésticos, escolares y laborales:

 

REFRIGERADOR

Comprar un termómetro

Mantener la temperatura entre 4 y 5 °C

Limpiar y desinfectar dos veces por semana. Se recomiendan productos a base de cloro y productos a base de extractos cítricos.

TABLAS PARA CORTAR

Adquirir dos tablas para cortar (plástico o madera, siempre y cuando se limpien cada vez que se usen)

Usar una para carnes y otra para frutas y hortalizas

Lavar y cepillar las tablas con agua caliente

No es recomendable usar cloro, ya que este se inactiva con la madera

FRUTAS Y HORTALIZAS FRESCAS

Lavar frutas y hortalizas durante treinta segundos

Cepillar aquellas de cáscara rugosa como melones, lechugas y otras hortalizas de hoja

Remover las hojas externas y lavar cada hoja por separado con plata coloidal o cloro, y aplicar la dosis descrita en el producto que se ha elegido

LAVA TUS MANOS CORRECTAMENTE

¿Cuántas veces al día nos tocamos la boca, nariz, ojos y oídos? Varios estudios coinciden en que los adultos lo hacen entre una y tres veces cada cinco minutos, mientras que el promedio en niños es de diez veces en el mismo intervalo de tiempo.

Sólo el 16 por ciento de la población sabe lavarse las manos correctamente. La recomendación es utilizar jabón antibacterial o un gel a base de alcohol, y frotarse las manos durante veinte segundos.

ELIMINA LOS MICROORGANISMOS, NO LOS DISPERSES

Los virus sobreviven más de 24 horas en objetos inanimados y manos. Siete de cada diez personas que cursan una infección viral tienen el virus en sus manos

Cuando una persona tose o estornuda expulsa las gotas de saliva a una distancia de un metro. El aire y las partículas salen expedidas a una velocidad de más de 120 kilómetros por hora

Para las superficies (auricular de teléfono, perillas, mesas, escritorios, teclados de computadora, entre otros) se recomiendan toallitas impregnadas con desinfectante

ESPONJAS Y TRAPOS

En promedio una esponja contiene 7.2 millones de bacterias. Evita limpiar las superficies de contacto, ya que los microorganismos se dispersarán

¿Qué hacer? ¿Cómo desinfectar la esponja y trapos? Colocar la esponja o trapo húmedo en el microondas y encenderlo durante dos minutos

Verter dos gotas de cloro concentrado en 250 mililitros de agua durante cinco minutos y sumergir la esponja o trapo en esta mezcla

Dependiendo de la frecuencia de uso, remplazar la esponja o trapo cada dos o tres semanas

BAÑOS

En un baño húmedo una bacteria se convierte en mil millones en un periodo de 24 horas

Deja secar las barras de jabón, ya que húmedas transmiten microbios entre las personas que lo usan, aun si se trata de jabones antibacteriales

La recomendación para desinfectar las esponjas de baño es la misma que para las esponjas de cocina

Tanto las regaderas fijas como las móviles se deben desinfectar una vez por semana. Si alguien padece una infección, la regadera “teléfono” se debe desinfectar cada vez que se use.

Para desinfectar el cepillo de dientes, este se debe enjuagar con agua caliente durante veinte segundos. Después se puede sumergir en desinfectante bucal o agua oxigenada y dejarlo secar

El lavabo se debe desinfectar cada semana

Es recomendable que cada miembro de la familia utilice una toalla y un vaso distinto para su aseo personal

El excusado se debe tapar después de cada descarga, ya que se pueden formar aerosoles

CONCLUSIÓN

El empleo de productos desinfectantes basados en protocolos de aplicación específicos favorece la disminución de la carga microbiana presente en nuestro entorno. Sin embargo, resulta necesario un mejor entendimiento sobre la importancia de la aplicación adecuada de procedimientos de higiene en el hogar, la escuela y la oficina, para con esto generar condiciones más saludables hacia el interior del mismo.

Mantener alejados de nuestro entorno a los microorganismos previene de las enfermedades a los que nos rodean, si se usan adecuadamente las buenas prácticas higiénicas. Espero que esta información sea de utilidad para todas las personas interesadas en tener buena salud.

Referencias

Janse y Gerba, 2005; Chaidez y Gerba, 2000; Alonzo y Roque, 2001; Alonzo et al., 2006; Nesti y Goldbaum, 2007; Nepuri, 2005; Delpiano, 2007; Gómez et al., 2005; Carrasco et al., 2000; Villasusa et al., 2006; Bances et al., 2007; Díaz et al., 1992; Nesti y Goldbaum, 2007.

http://bit.ly/1KQcccc

 

Colaboración del Dr. Cristóbal Chaidez Quiroz

Laboratorio Nacional para la Investigación en Inocuidad Alimentaria

Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD)

Carretera a Eldorado km. 5.5

Culiacán, Mexico 80110

(667) 760-5536

www.ciad.mx

www.ciad.edu.mx

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